martes, 22 de octubre de 2013

EPITAFIO

Ha muerto.

Se ha ido ese ser de luz que fue una guía para todos nosotros, un faro en este ancho mar que es la vida.

Con sus luces y sus sombras.

También a él le flaqueaba la fe, pero en una cadencia que creíamos infinita, su linterna volvía a girar una y otra vez, esparciendo su haz de sonrisas.

Era el retorno a un puerto seguro, el remanso de paz, el lugar al que siempre volver.

Ha muerto y quedamos a la deriva, náufragos de nuestra propia existencia.

Oscuridad en el mar, tinieblas en nuestros corazones.

D.E.P.

2 comentarios:

  1. Hay personas que son faros en nuestra vida. Siempre están con nosotros, pero su ausencia nos deja algo huérfanos.

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  2. Pero su luz nos seguirá guiando y nunca se apagará.

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