martes, 12 de noviembre de 2013

COLEGAS


Se han caído con todo el equipo y me alegro por ello. Han sido años urdiendo mi plan y saboreando la venganza. Fue difícil que me aceptaran en el grupo, pero «el Putri» necesitaba un vasallo, alguien servil a quien poder humillar para reforzar su liderazgo. Y allí estuve yo, riéndole las gracias y haciendo sus recaditos.



Los demás  me aceptaron porque sí, porque lo decía «el Putri», que para eso era el jefe.
Empezaron con cosas simples, un poco de bullying por aquí, amenazas a los profes por allá. Yo participaba como un colega más y negociaba mientras tanto. Y llegó el trapicheo con anfetas… y el asunto de la chica.

Detenidos todos. Eso por llamarme gafotas

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