viernes, 26 de abril de 2013

LA MALDICIÓN DE LA PROFECÍA AUTOCUMPLIDA



Ayer en terapia grupal hicimos una dinámica en la que nos asignábamos etiquetas. A mí me tocó ser “el Ignorado”. Mis compañeros de grupo inmediatamente me excluyeron de cualquier actividad para el resto de la tarde. Cuando llegué a casa, mi mujer y mis hijos no me habían esperado para cenar, estaban viendo la tele y apenas me dijeron un hola sin apartar los ojos del televisor. Esta mañana una señora se me ha colado descaradamente en la fila del supermercado. Se lo he hecho notar, me ha mirado de arriba abajo y se ha quedado donde estaba sin decir palabra. Estoy pensando en demandar a mi terapeuta. ¿Qué opináis?

No hay comentarios:

Publicar un comentario