Cuando te conocí me propuse amarte con el corazón, con ese corazón partío que no quería volver a amar. Y el corazón partío se volvió corazón loco.
Pasó un año, llegó tu traslado al extranjero y con él tus silencios, tus angustias y tu incomunicación. Los kilómetros que nos separaban se hicieron cada vez más largos. Me propuse dejar de amarte, con rabia e impotencia.
Me disfracé de corazón desalmado y llegaron otros hombres y otros cuerpos… hasta que mi alma me dijo: no te engañes, estoy aquí y sigo en él.
Me propuse amarte con la cabeza, asumir tu depresión nunca diagnosticada y aceptarte tal cual eres, mi corazón rendido.
Hoy me dejas y me propongo olvidarte, el corazón partío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario