sábado, 21 de septiembre de 2013

DIARIO DE SEPTIEMBRE

¡Qué rollo! Hoy ha sido el último día de las vacaciones. Mañana empieza otra vez el colegio.
Este ha sido el mejor verano de mi vida. Lo malo es que se me ha pasado demasiado rápido. Mi madre dice que eso es porque me lo he pasado muy bien y no me he aburrido, que cuando te diviertes el tiempo se hace más corto.

Noooooo, mañana otra vez al colegio. Cada vez que me acuerdo me pongo rabioso. Está bien volverse a encontrar con los amigos en el patio, pero tener que levantarse todos los días a las ocho es una porra. El colegio debería empezar a las doce de la mañana. Así, sí que me gustaría. Y el comedor… ¡puag, qué asco!

Y además, a ver qué profesores nos tocan este año. Da igual, el de Lengua, sea quien sea, seguro que nos pide que hagamos una redacción sobre nuestras vacaciones. ¡Qué pesados! ¡Siempre lo mismo! Y ¡qué cotillas! Porque ¿a ellos qué les importará lo que hemos hecho en vacaciones?

Pues nada, haré lo de todos los años: “Mis vacaciones han sido muy bonitas. Estuve en un campamento de verano con mi hermano y otros niños. Allí había mucha naturaleza, un río, pinos y arañas. Me lo pasé muy bien. También he ido a la playa con mis primos, como todos los años. En la playa jugamos con las olas y por la tarde, como somos muchos, hacemos partidos de fútbol. Me gusta el verano porque los días son muy largos, y bla, bla, bla.”

¡Tonterías! Lo que de verdad me gustaría escribir es que en el campamento un día Elena me dijo que Marina estaba por mí. ¡Toma! –pensé- pero me hice el interesante un rato. Elena es mi mejor amiga y no coló. Le dije que sí, que yo también estaba por Marina y que se lo dijera.

Marina ya me gustaba desde el año pasado.  Es muy divertida, siempre cuenta chistes y no es la típica cursi con las uñas pintadas de varios colores. Le gusta tirarse a la poza y jugar a hacernos aguadillas. Este año nos tocó juntos en el equipo de Kenia cuando jugamos a representar a los países. Nos disfrazamos de masais y en el fuego de campamento hicimos la danza de la guerra, con una rap que nos inventamos entre los dos. ¡Qué risa!

Pero cómo voy a ponerle al profe en la redacción que cuando estábamos preparando el rap de los masais, nos fuimos a los pinos que hay al fondo, detrás de las tiendas, y le di un beso. Eso no se puede contar.
Marcos, el de mi clase, me había dicho que molaba un montón cuando se hizo novio de Clara, la de sexto B, el año pasado. Y me acuerdo que le dije que qué asco. ¡Verás cuando se lo cuente mañana!


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