domingo, 9 de junio de 2013

EL SOPLADOR DE BRASAS

La mente no debe llenarse cual recipiente, sino encenderse como fuego. Plutarco

Jorge comenzaba un nuevo proceso de coaching con el propietario de una pequeña empresa. Este le confesó que se sentía atrapado con la crisis, incompetente para liderar la empresa y muy desmotivado.

En cuanto vio el momento oportuno le formuló las preguntas clave: “¿Cómo te veías al comienzo de tu carrera? ¿Cuáles eran tus sueños?”

El cliente guardó silencio, pero en sus ojos había un fuego sagrado, brasas de ilusión.
Jorge sonrió. “¡Lo tenía! ¡Eso no se perdió! El conocimiento y la pasión aún perduran, sólo hace falta reavivarlos. Despertar para recordar”.

Rememoró entonces la poética frase de su mentor: coaching es el arte de soplar las brasas.

(Inspirado en la obra de Leonardo Wolk, El arte de soplar las brasas.)

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