Para adquirir las bolitas y el alambre, Kioni, la joven kikuyu, antes tuvo que pasar varias horas junto al lecho de un río, cribando la tierra para encontrar algún granito de oro. Ese dinero es sólo suyo. También tuvo que caminar varios kilómetros hasta llegar al poblado en donde encuentra los materiales para el abalorio.
Es un amuleto que Kioni, que significa “aquella que ve, encuentra”, me regaló para darme fuerza. Simboliza a la mujer, su conexión con la Tierra y el poder que emana de ella. Van siempre conmigo.
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